Rafa Domínguez
El 5 de mayo de 1945 terminaba definitivamente el suplicio de los supervivientes del campo de exterminio alemán de Mauthausen-Gusen. La llegada de las tropas americanas al complejo fue recibido con banderas republicanas y una pancarta que decía “Los Españoles Antifascistas Saludan a las Fuerzas Liberadoras”. No cabe decir que era “el campo de los españoles”, ya que unos 7,000 fueron deportados de otros campos para construir este complejo de exterminio alrededor de una cantera de granito y otras factorías dedicadas al ensamblaje y armamento para el ejército alemán.
Los españoles provenían en su totalidad de Francia, eran exiliados republicanos que habían cruzado la frontera para escapar de la represión franquista y fueron internados en campos de concentración al sur de Francia, como lo fueron Argelès-Sur-Mer, Le Vernet d’Ariège, Barcarès o Septfonds. Muchos fueron captados para la Legión Extranjera y puestos de uniforme francés en primeria línea contra la invasión de Francia por parte de los alemanes. Muchos de ellos fueron hechos prisioneros y deportados a Mauthausen-Gusen ante la declaración de las autoridades españolas de que “no existían españoles allende las fronteras”.
En agosto de 1940 llegó el primer convoy que procedía del Stalag VII A (Moosburg) y llegó el 6 de agosto con 392 prisioneros españoles. El segundo convoy en llegar lo hizo el 9 de agosto procedente del Stalag I B (Hohenstein) con 168 prisioneros españoles. El tercer convoy llegó el 13 de agosto procedente del Stalag IX A (Ziegenhain) con 91 presos. El cuarto convoy en llegar este mes, llegó con 430 prisioneros el 24 de agosto procedente del Frontstalag 184, concretamente del campo de Les Alliers y pertenecían a la expedición conocida como Convoy de los 927.El quinto y último convoy del mes de agosto fue el que llegó el día 30 procedente del Stalag II B (Hammerstein) con 22 prisioneros.
En alguno de estos transportes viajaron desde Francia los dos benicarlandos dirección a Mauthausen-Gusen, ninguno de ellos sobrevivió a las duras condiciones en aquel campo, donde los 186 escalones de granito que tenían que subir con grandes piedras sobre ellos cada día, la poca y mala alimentación, las enfermedades y los constantes castigos a los que eran sometidos, iban debilitando sus cuerpos, hasta que la dirección del centro decidía su suerte en una cámara de gas, bien en el propio campo o en el Castillo de Hartheim, o incluso fusilados. La realidad es que no consta en ningún archivo el modo y lugar de su muerte, la mayoría de fichas fueron destruidas por los agentes de la SS antes de abandonar el campo a su suerte.
José Calvet Febrer, nacido el 1/11/1914, natural de Benicarló, numero de prisionero 77,524, deportado a Mauthausen el 3/3/1941 y fallecido el 15/1/1942.
Antonio Machordom Coll, nacido el 12/2/1901, natural de Benicarló, numero de prisionero 8,122, deportado a Mauthausen el 26/4/1941 y fallecido el 11/11/1941.
Ambos llevaban cosido a la ropa el triangulo azul con una “S” en su interior, de los apátridas y la S de Spanier, como todos los españoles allí recluidos. Al finalizar la segunda guerra mundial, todos los españoles liberados de los campos de exterminio no volvieron a su patria debido al régimen militar instaurado en España y al no reconocimiento como españoles de los liberados. Todos ellos recibieron asilo en Francia y algunos pocos regresaron a este país a la muerte del dictador.
Como cada 5 de mayo, se recuerda en cada ciudad donde alguno de sus hijos fue llevado a un campo de exterminio, su paso por la vida y su recuerdo, para que episodios como este no vuelvan a repetirse jamás en ningún otro lugar.