Los héroes de Benicarló

Josi Ganzenmüller

Los días 22, 23 y 24 de octubre de 1907, hace ahora 113 años, se produjeron graves inundaciones por la cuenca del Ebro, especialmente en Tortosa y su comarca. El gran río se desbordó peligrosamente, convirtiendo la llanura en mar y comprometiendo seriamente haciendas y vidas de los campesinos que habitaban por los arrabales y huertas de esa población. No solo el caudal era alto, las velocidades del agua tampoco eran despreciables, a lo que se debe añadir los diversos cursos torrenciales que bajan de las sierras colindantes y que fluyen a través de la localidad.

La peculiaridad de esta inundación residió en tres factores muy importantes. El primero, que se produjo en el tramo final del río, con la consecuente aportación de agua de casi toda la cuenca. En segundo lugar, el ligero ensanchamiento del valle a su paso por Tortosa, es decir, la apertura del curso en una “planicie aluvial”. Y, finalmente, el paso del río por la cerrada natural formada por las montañas del Montsià y les Serres de Cardó-el Boix, que provoca un “efecto presa”. Una frase que relata perfectamente la horrible escena que tuvieron que vivir los tortosinos es “En la madrugada del 23 el río se extendía de sierra a sierra. Desde arriba del Castell de Sant Joan se apreciaba aquel mar sin fin […]” (traducción del texto de F. Mestre).

S.O.S.

El alcalde de Benicarló D. Andrés Cornelles Macip, recibió el 23 de octubre de 1907, a las 2.30 de la tarde, un telegrama del Gobernador de Castellón: “El alcalde de Santa Bárbara en telegrama urgentísimo me dice: Incomunicado con el Gobernador de Tarragona requiero de su autoridad un tren que saliendo de Benicarló…” Rápidamente, el alcalde se acercó hasta la playa y llamó a los marineros que en ella había, respondiendo positivamente aquellos hombres y, sin perder un momento, cargaron en carros cuatro lanchas, cuerdas y otros utensilios y se trasladó todo a la estación, cargándose en un tren.

Los voluntarios fueron:

Marineros.- Agustín Castillo Bueno, Joaquín Foix Guzmán, Francisco Ayza Llopis, Manuel Fora Bori, Francisco Compte Macip, Bautista Peris López, José Pitarch Esbrí, Ramón Compte Oms, Francisco Sanahuja Pruñonosa, José Vives Guzmán, Tomás Lluch Comes, Vicente Piñana Melo, Benito Ballester Soriano, Mariano Montía Gellida, Manuel Royo Bueno, y Enrique Serret Galán.

Jornaleros.- Bautista Miralles Morralla, Ramón Climent Caldés, Vicente Damiá Galán, Joaquín Olmos Bosut, Sebastián Coll Marzal, Manuel Macip Ramón, José Solá Bayarri, José Ramón Ferreres Pitarch, José Agut Pomá, José Bueno Climent y Bautista Fibla Pellicer. A las cinco de la tarde partió el tren de la estación de Benicarló…. A las siete de la tarde llegaban a Vinallop. Todo lo sucedido lo relataron los propios expedicionarios en acta de la sesión del Ayuntamiento de Benicarló del 31 de octubre…

En Vinallop se apearon; el tren ya no podía avanzar más porque había llegado hasta la orilla del agua. Allí echaron las barcas y botes comenzando a rescatar campesinos que se habían quedado aislados por la huerta tortosina. Fueron muchísimas horas de trabajo agotador y de heroísmo colectivo durante las que salvaron muchas vidas y multitud de bienes de muchas haciendas. Sobre las cuatro de la madrugada del día 24 se dieron por finalizadas las operaciones de salvamento. Las personas rescatadas de las aguas por los tripulantes de las barcas benicarlandas fueron: Barca Santa Teresa, 9; Barca Santo Cristo, 34; Barca San Telmo, 14; Barca Santa Catalina, 6; Total.- 63. A las siete y media de la mañana el alcalde de Benicarló recibió del de Santa Bárbara el siguiente telegrama: “Sr. Alcalde, gracias al heroísmo de los bravos marinos llegados anoche de ésta, hemos conseguido salvar a 63 personas”.

UN HÉROE LLAMADO JOAQUÍN

Hubo una nota trágica: un marinero llamado Joaquín Foix Guzmán, que se había convertido en el héroe de aquellas terribles horas de agua y fango, resultó víctima del enorme cansancio que debilitó su cuerpo y de la pulmonía que lo acabó de abatir, el 31 de octubre. (Gracias a pesquisas realizadas en el registro civil, hemos sabido que son biznietos suyos: Lourdes Prats Llorach y José Ramón Arán Prats. El carabinero Ramiro Prats García, natural de Benlloch, se casó en 1916 con una de las hijas huérfanas de Joaquín Foix)

Aquí se le rindió un gran homenaje póstumo, con todos los honores, al que asistieron los gobernadores civiles de Castellón y Tarragona, además de autoridades y numerosas personalidades de Tortosa y Benicarló. La prensa provincial (Noticias del Siglo Futuro, diario católico) ensalzó su entrega y su figura, llegándole a calificar de héroe y el alcalde de Benicarló consiguió ayudas para la viuda del marinero. El 18 de noviembre, el Gobierno de la Nación concedió a la viuda, Magdalena Llorach Sorlí, un donativo de 1000 pesetas. (El sueldo medio de un peón: 2 ptas/día) En el Libro de Actas de las sesiones plenarias de Benicarló se recoge, que se presentó una cuenta suscrita por Francisco Arnau, Director de la banda, importe 100 pesetas: “por tocar la música en el regreso de los marineros que fueron a Santa Bárbara con el fin de auxiliar a los inundados por el Ebro en la partida de Vinallop y asistir al entierro del malogrado marinero Joaquín Foix Guzmán”. El Ayuntamiento, hallándola excesiva, acordó por unanimidad: “se rebaje la suma a ochenta pesetas y que se pague con cargo al capítulo de imprevistos”.

VISITA DE LOS COROS CLAVÉ

Para las Fiestas Patronales del año siguiente y, probablemente como homenaje de gratitud del pueblo catalán a Benicarló, se organizó la visita a esta población de una de la instituciones de mayor prestigio de Catalunya en aquel momento, los Coros Clavé. Un benicarlando de cepa que vivía en Barcelona, Emilio Querol Peris, se encargó de organizar el viaje que, en un vapor que salió del puerto de Barcelona al atardecer del 21 de agosto, llegó a esta playa al día siguiente por la mañana cargado con toda la colonia de benicarlandos residentes en la Ciudad Condal y con los referidos Coros Clavé. Una vez frente a la playa, el vapor lanzó las anclas y con botes a remo se llevó a cabo el desembarco de viajeros entre el bullicio, vítores y aplausos de la multitud que les esperaba en la orilla. También las autoridades acompañadas de la Banda de Música acudieron a recibirlos y, después de darles la bienvenida, en marcha triunfante subieron por la calle del Mar hasta el Ayuntamiento, donde la colonia benicarlanda regaló una senyera a la Banda de Música La Lira Benicarlonense.

Durante ocho días los emigrantes benicarlandos y los coralistas tuvieron la oportunidad de disfrutar de las Fiestas y de la hospitalidad de las gentes de aquí; éstos, a su vez, gozaron de los numerosos conciertos que los catalanes les ofrecieron. El 1 de septiembre, los expedicionarios se reembarcaron; gremios, sociedades, autoridades y vecinos de Benicarló salieron desde el Ayuntamiento acompañándoles hasta la playa. La despedida resultó épica y entusiasmada. El Pleno del Ayuntamiento de Benicarló acordó pagar a D. Agustín Pons, por pasaje del coro de Clavé, 300 pesetas; al presidente de la Sociedad de Marineros, por desembarco del coro, 64 pesetas.

Josi Ganzenmüller Roig (basado en trabajos de Vicente Meseguer)
Con la colaboración de Juan José Cornelles y Joan Ferré.

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