15 de abril de 1938

Rafa Domínguez

La llegada de las tropas franquistas a Benicarló se produjo a media mañana del Viernes Santo. La población había abandonado en gran parte las casas y se había refugiado en casas de campo.

Algunos se habían encerrado a esperar acontecimientos. Otros, se habían marchado por carretera y en tren dirección Norte o Sur, días u horas antes de la llegada del Cuerpo del Ejército de Galicia (CEG), liderado por el general de brigada, Antonio Aranda Mata e integrada por soldados de la 83 división al mando del coronel Pablo Martin Alonso, junto al Cuerpo del Ejercito Marroquí y unidades terrestres blindadas de la Legión Cóndor.

La entrada en la población se realizó por la calle de San Francisco y por el paseo Febrer Soriano a las 15:00 horas, cortando la N-340 que, por aquel entonces, discurría por las calles Alcalà, Major y Vinaròs. Los soldados fueron avanzando hasta el mar, calle por calle, realizando algunos disparos y detenciones a los soldados de las brigadas 46, 10, 101 y 209 integradas en la 6ª División, que habían quedado embolsados y que se rendían sin efectuar prácticamente resistencia alguna.

La población quedó sin gobierno días atrás, al haber abandonado y huido los miembros del Consejo Municipal por miedo a represalias y posible ajusticiamiento de sus integrantes, después de conocidos los desmanes a la población en los meses anteriores y por su conocido cariz político. 

Una vez las tropas ocupantes aseguraron la población, esta se convirtió en plaza militar, instalándose la Comandancia Militar en la primera planta del actual ayuntamiento, al mando del comandante Enrique de Nicolás Tejeira.

La población se llenó de militares y pertrechos, los cuales fueron habilitados en casas particulares y propiedades como lo fueron la antigua fabrica de conservas del Morrongo, almacenes de botería frente al mar, colegio del Marques de Benicarló, Casa dels Bosch, Villa Lolita y tantas otras casas y almacenes que se habilitaron durante los seis días que duró su estancia hasta el inicio de la campaña de Levante.

Mientras, el gobierno militar formó un nuevo ayuntamiento con personas afines a la causa, presentándose el vecino don Juan Manuel Foix Bosch a quien le fue encomendada la formación del gobierno provisional de la población. Más tarde se presentó el vecino José Antonio Soriano Pellicer quien fue designado, tras sustituir al primero, para formar el nuevo gobierno local.

Entre los días 16 y 17 se fueron formando, mediante órdenes verbales ante el comandante militar, los integrantes del que sería la primera formación del primer ayuntamiento nacional que serían, mediante acta de constitución del 19 de abril:

Alcalde-Presidente: Máximo Añó Domenech

Primer teniente de alcalde: Ricardo Ávila Senar

Segundo teniente de alcalde: José Antonio Soriano Pellicer

Tercer teniente de alcalde: Juan Manuel Traver Esteller

Concejales: Bautista Marzal Piñana, José Bayarri Miquel, Vicente Arnau Masip, José Cornelles Amela, Santiago Cerdá Esteller, José Febrer Salvador, José Ramon Escura Marzal, José Berga Soriano, José Mundo Cornelles y José Manuel Forés Añó.

Durante los tres primeros días se realizaron detenciones y encarcelamientos de personas civiles y militares. Primero en el colegio de los Hermanos Lasalianos y, posteriormente, en el convento de las Madres Concepcionistas Franciscanas, llegando a recluir a 600 personas. Este lugar se convirtió en la cárcel masculina de zona hasta 1940 y llegó a tener más de 1.000 personas recluidas.

Ese mismo fin de semana, se restauraron los servicios eclesiásticos, realizándose misa de campaña para celebrar la liberación de la población y las relativas a la Semana Santa cristiana. Se ordenó el cambio de los nombres de las calles. Se derogó el papel moneda republicano a través del Banco Hispano Americano instalado en la población y el Banco de España sito en Ulldecona y se rehabilitaron todos los servicios públicos y privados derogando el cooperativismo. 

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