222 anys del Novenari del Sant Crist de la Mar

Joan R. Ferré Querol,  

Enguany s’acompleixen 222 anys del Novenari del Sant Crist de la Mar a Benicarló. Resulta dolorós haver-ho de recordar just en un moment en que hem hagut d’ajornar les multitudinàries processons i novenari amb que ho celebrem cada any els benicarlandos, i de forma quasi ininterrompuda des de fa més de dos segles, per les recomanacions de les autoritats sanitàries davant el perill que provoca la infecció de Coronavirus en tot el món, inclòs Benicarló, naturalment.

Un Sant Crist que va arribar a Benicarló , en 1650, per a lliurar-la de la pesta precisament, i que 370 anys més tard, amb una altres paràmetres, estudis i prioritats, ha hagut de deixar que siga la ciència la qui faci la feina.

Aquest article reprodueix les primers pàgines d’un llibret escrit en 1898, en el centenari del Novenari al Crist de la Mar, per mossèn Balaguer, en aquell temps ecònom de la Parròquia de Sant Bertomeu de Benicarló, tot i que no va ser editat fins 1926, quan la nova església de Santa Maria del Mar, avui dia parròquia de Sant Pere Apòstol, seu habitual del sant Crist, ja estava construïda al lloc on la coneixem. Malgrat que els virus ho impedeixquen, serveixca aquest article per recordar el Crist de la Mar en els dies que hauria d’eixir al carrer, tal com fa 222 anys va iniciar el Dr. Frey José Pera al elaborar el novenari que tant ha arrelat en Benicarló i comarca.

El Santo Cristo del Mar de Benicarló. Reseña Histórica 
por D. Wenceslao Balaguer, Pbro. Camarero secreto de S.S. León XIII, Doctor en Sagrada Teologia y Cura Ecónomo de la Parroquia de Benicarló

Imprenta de Juan A. Botella, Villarreal, 1926

En todos los pueblos de la comarca es bien conocida la devoción que todos los hijos de Benicarló profesan al Santo Cristo del Mar, y el afán con qué se esmeran todos los años en asistir al solemne novenario.

Nuestro templo, que es de los más grandes y espaciosos de la diócesis, durante la novena, se ve repleto todas las noches de fieles ávidos de obsequiar a la venerada imagen. “El jueves de la cuarta semana de Cuaresma al anochecer – copiamos del ritual- después de tres toques de campanas, se saca en procesión de la ermita de Santa María del Mar la sagrada imágen del natural de Jesús crucificado que desde muy antiguo se conserva y se venera en ella. La acompañan el Reverendo Clero de manteos y bonete, el Magnífico Ayuntamiento con cuatro hachas, y el resto del pueblo, de los que los más poderosos o más devotos llevan también muchas hachas y velas. Se lleva la sagrada imagen sobre un féretro o camilla decentemente adornada y cubierta con una gasa, e iluminada con 4 linternas que van siempre junto a sus ángulos. En la procesión hasta llegar a la iglesia parroquial se reza el Santo Rosario con los misterios dolorosos, semitonado con devoción y pausa. En llegando a la Iglesia se coloca el féretro con la sagrada imagen en medio del coro, con cuatro blandones a sus ángulos; y en el altar mayor está ya bajo dosel, iluminada con seis cirios de libra, la cruz en que la Sagrada Imagen ha de ponerse para todo el Novenario. 

En este estado, cuando el pueblo está ya en su lugar cada uno y silencioso, el Rector u otro sacerdote,que ya está prevenido de rodillas en el púlpito, se levanta y hace una plática patética y devota sobre la Pasión y Muerte del Señor, exhortando y convidando a la asistencia al Novenario, y concluyendo con un fervoroso acto de contrición acomodado al asunto. Concluido éste, los músicos al órgano cantan un motete y versículos de la pasión, y un sacerdote con estola a los pies de la sagrada imagen dice la oración Respice quaesumus. 

Así se concluye la función de entrada de la sagrada imagen, la que para el día siguiente viernes se pone en la cruz y bajo el dosel del altar mayor, y sigue el Novenario por toda la Semana de Pasión hasta el sábado en que termina. Y el domingo de Ramos, a la misma hora y con el mismo modo y acompañamiento que se trajo, se vuelve otra vez la sagrada imagen a su propio altar de la ermita de Nuestra Señora del Mar , que es su domicilio.

A estos procesiones concurren muchos devotos de los pueblos vecinos, especialmente de Vinaroz, que siempre profesaron especial devoción al Santo Cristo del Mar.
Concretar el primer año que empezó a celebrarse este novenario, no ofrece dificultad de ningún género.

El doctor D. Fray José Pera, del hábito de Montesa y cura de esta parroquia, fue el primero que la instaló, y él mismo, al imprimir en Valencia, el año 1808, la novena que 10 años antes había escrito, pone al principio una “Dedicatoria” a sus feligreses, y entre otras cosas dice textualmente: “ Persuadido de estas verdades y deseoso de vuestro bien, establecí en esta parroquial iglesia de Benicarló el año 1798 el Solemne Novenario de Jesús Crucificado, que con fervor, magnificencia y aplauso se celebra desde entonces en los días inmediatos a la Semana Santa”.

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